Historia

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HISTORIA DE MADROÑERA

El Nombre de Madroñera, parece claro que proviene de la abundancia por la zona en otros tiempos de este arbusto, El Madroño.

En cuanto a los orígenes de Madroñera circula una leyenda según la cual llegaron a estos lugares un grupo de colmeneros procedentes de Serradilla (pueblo enclavado cerca del actual Parque de Monfragüe) buscando un sitio apropiado para asentar sus colmenas y consideraron que esas condiciones las reunía el entorno natural enclavado entre los Cerros de Trujillo, Pedro Gómez y las Sierras de Arriba, en las estribaciones de las Villuercas, y aquí asentaron sus colmenas, dando lugar al primer núcleo de población de Madroñera. Esta leyenda se apoya en las concomitancias entre el habla dialectal de nuestro pueblo y el habla serradillana, cuya influencia no puede deberse a la proximidad física. 

Si hemos de datar esta leyenda y ligarla a las primeras referencias documentadas, hemos de remontarla a la Alta Edad Media, concretamente al siglo XIII, cuando se reconquista la ciudad de Trujillo a los árabes, pasando Madroñera a formar parte de lo que se llamó Las Tierras de Trujillo.

En 1551, y según se recoge en el Libro de Becerro de la Iglesia Parroquial de Madroñera, era aldea de Trujillo y contaba con cura.

El hecho más relevante de nuestra historia acontece a mediados del siglo XVI: estamos en junio de 1558, bajo el reinado de Felipe II, y para sufragar las continuas guerras en las que está inmersa la corona, se produce la venta de varios lugares de las Tierras de Trujillo, de la que hasta ese momento dependen jurídica y administrativamente, entre ellos Madroñera. Estas ventas se realizaban a caballeros o señores nobles, algunos de ellos nuevos ricos que habían vuelto cargados de riquezas por su estrecha colaboración y participación en la conquista del Perú junto a los Pizarro, llamados por ello "peruleros". Esas villas enajenadas pasan de ser lugares de realengo a erigirse como villas de señorío, donde el señor de la villa tenía derecho sobre la vida y hacienda de todos los vecinos del lugar.

Concretamente Madroñera fue comprada por el obispo de Plasencia, D. Gutierre de Vargas Carvajal, que pagó 16.000 maravedíes por vecino. Tomó posesión de la villa el 9 de agosto de 1558 ("anocheciendo y con candela") con la fuerte oposición de la ciudad de Trujillo que veía cómo mermaba su jurisdicción con la segregación de poblaciones como Torrecillas, La Cumbre, Plasenzuela y Santa Marta. 

Pero el obispo de Plasencia Don Gutierre de Vargas falleció poco tiempo más tarde, en abril de 1559, sin cerrar el proceso de compra, que fue rematado por el "perulero" Alonso Ruiz de Albornoz, que se erige en primer señor de la Villa de Madroñera, dotándola de jurisdicción: horca, picota y cepo, acreditativas de estar exentos de la justicia trujillana o madrileña, publicando sus propias ordenanzas, por las que se regirá la vida en la villa.

No disponemos de muchos datos sobre la historia posterior a esta primera andadura de nuestro pueblo. A finales del siglo XVIII, el geógrafo D. Tomás López de Vargas, tras una encuesta realizada al párroco de la época, nos describe la falta de tierras de labor en Madroñera, datos que coinciden con el Interrogatorio de la Real Audiencia de 1798, donde se lee: "…hay algunos cercados dados por la justicia, que sólo con verlos se manifiesta lo que alcanza el trabajo del hombre, pues además de ser cortísimos están situados en unos terrenos muy ásperos… No hay dehesa alguna, ni aún boyal, en las inmediaciones hay muchos que traían pasto y labor a los vecinos y hoy están reducidos a sólo pasto…."

Información obtenida de: http://www.bibliotecaspublicas.es/madronera/infolocal.htm